Mourinho no hizo cambios de sistema. Salió con su once preferido en busca de un Lyon que planteó un partido físico. La presión de los franceses complicó la vida a los blancos. El Lyon se replegaba con nueve jugadores cuando perdía el balón, impedía la circulación de los madridistas y provocaba muchas pérdidas. Con todo, Casillas tampoco pasó demasiados apuros en la primera parte. El capitán sólo tuvo que emplearse a fondo en el minuto 33, cuando salvó con el codo derecho un remate de Gomis en el punto de penalti. El Real Madrid había avisado poco antes con una falta lejana botada por Cristiano Ronaldo que Lloris despejó. La primera parte concluyó con una nueva acometida del Lyon, labrada en la velocidad de Bastos y la fuerza de Gomis, cuya potencia obligó a Carvalho y a Pepe a emplearse a fondo.
La segunda parte arrancó sin cambios de jugadores pero con un giro radical de panorama, blanco radiante a partir de ese momento. En el 48’, Cristiano asustó a los franceses con una falta lateral que repelió el palo izquierdo de la portería de Lloris. Y un minuto después, Ramos llevó el pánico a la grada con un espléndido cabezazo a la salida de un córner botado por Özil que dio en el larguero. Los palos, por partida doble, habían evitado el gol del Real Madrid.
El encuentro había cambiado. El Madrid superaba la presión del Lyon con claridad y las ocasiones siguieron llegando. Stark no pitó penalti cuando Gourcuff rechazó claramente con el codo dentro del área una falta botada por Cristiano. Era el minuto 63, uno antes de que llegara el momento decisivo del encuentro, cuando Mourinho dio entrada a Benzema. El francés salió por Adebayor, recibió la ovación de la noche y en cuestión de segundos silenció Gerland al marcar el 0-1. Inició la jugada robando el balón en el lateral, cedió a Özil, que aguantó el empuje del defensa y pasó a Cristiano. El portugués metió el balón en el área a Benzema, que culminó la triangulación con calidad y mucha calma. Se deshizo de Reveillere, aguantó sin alterarse y batió a Lloris con un remate que se coló entre las piernas del portero.
El gol dio paso a los cambios en ambos equipos. En el Real Madrid entraron Lass (sustituyendo a Khedira) y Marcelo (por Özil). Pues sacó al campo a Pjanic y la apuesta le dio resultado porque de sus botas nació el gol del Lyon. Fue en una falta botada por el bosnio, que se envenenó al pegar en la defensa. Cris cabeceó dentro del área y el balón llegó a Gomis, que fusiló a Casillas con la derecha. 1-1 y minuto 83. De ahí hasta el final, el Lyon buscó el segundo tanto, pero se encontró con un Madrid ordenado atrás que mantuvo el empate, consciente de que el próximo 16 de marzo, en el Santiago Bernabéu, la historia será muy diferente.
La segunda parte arrancó sin cambios de jugadores pero con un giro radical de panorama, blanco radiante a partir de ese momento. En el 48’, Cristiano asustó a los franceses con una falta lateral que repelió el palo izquierdo de la portería de Lloris. Y un minuto después, Ramos llevó el pánico a la grada con un espléndido cabezazo a la salida de un córner botado por Özil que dio en el larguero. Los palos, por partida doble, habían evitado el gol del Real Madrid.
El encuentro había cambiado. El Madrid superaba la presión del Lyon con claridad y las ocasiones siguieron llegando. Stark no pitó penalti cuando Gourcuff rechazó claramente con el codo dentro del área una falta botada por Cristiano. Era el minuto 63, uno antes de que llegara el momento decisivo del encuentro, cuando Mourinho dio entrada a Benzema. El francés salió por Adebayor, recibió la ovación de la noche y en cuestión de segundos silenció Gerland al marcar el 0-1. Inició la jugada robando el balón en el lateral, cedió a Özil, que aguantó el empuje del defensa y pasó a Cristiano. El portugués metió el balón en el área a Benzema, que culminó la triangulación con calidad y mucha calma. Se deshizo de Reveillere, aguantó sin alterarse y batió a Lloris con un remate que se coló entre las piernas del portero.
El gol dio paso a los cambios en ambos equipos. En el Real Madrid entraron Lass (sustituyendo a Khedira) y Marcelo (por Özil). Pues sacó al campo a Pjanic y la apuesta le dio resultado porque de sus botas nació el gol del Lyon. Fue en una falta botada por el bosnio, que se envenenó al pegar en la defensa. Cris cabeceó dentro del área y el balón llegó a Gomis, que fusiló a Casillas con la derecha. 1-1 y minuto 83. De ahí hasta el final, el Lyon buscó el segundo tanto, pero se encontró con un Madrid ordenado atrás que mantuvo el empate, consciente de que el próximo 16 de marzo, en el Santiago Bernabéu, la historia será muy diferente.
En mi opinión, el Real Madrid mereció ganar este partido ya que dispuso de más ocasiones de gol que el Lyon.
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